18 de Julio de 2010, una fecha inolvidable y súmamente importante para la Historia de la Humanidad.
En colaboración con nuestras Hermanas de la Comunidad del Arco Iris (Nelly y Siliae) y los Seres de Amor de la Ciudad Cristalina de Altamur, fue posible el anclaje del Nuevo Mandala para la Ascensión Planetaria.
El lugar no pudo ser otro que El Monasterio de Piedra (Zaragoza), parque natural guardián de un potente vótice de energía telúrica, que dormía hasta el preciso momento de empezar su actuar.
La "Misión" prometía, no sabíamos a lo que nos guiaban pero nos dejamos llevar acatando y aceptando todo lo que pasaba.
De buena mañana nos presentamos en el parque. Shackiel, nuestro Pintor Mágico, iba cargado con todos sus bártulos y elementos de pintura para plasmar la forma física del Mandala. Nosotras las chicas teníamos asumido que nuestra función era darle apoyo y Amor al artista, para que se mantuviera tranquilo y sereno y se concentrase tan sólo en su Sentir.
Durante el camino por el parque fuimos en un recogido y sentido silencio, haciendo caso omiso del ruido exterior y el resto de turistas que empezaban a llenar los alrededores. Íbamos guiados por el susurro de nuestros Corazones y así, gracias al buen saber hacer de Nelly y Siliae, encontramos un lugar idóneo para "acampar" y comenzar la tarea...
El sitio estaba fuera de los caminos estipulados, al abrigo de algún árbol guardián y resguardado de miradas indiscretas que nos pudieran desconcentrar. El suelo estaba tapizado de una frondosa y verde hiedra, que invitaba en cualquierso a sentarse allí mismo sin pensar.
Entre las ramas y hojas de los árboles el sol podía pasar, discreto y suave sin llegar a calentar. De fondo el murmullo de las aguas son acompañaba, era una suave melodía que envolvía con su calma.
Una vez tranquilos y tras haber verificado que ese era un buen lugar para trabajar, nos pusimos de pie para comenzar. Formando un círculo, ojos cerrados, descalzos y cogidos de las manos, la emoción comenzó a brotar. Nelly tomó la palabra, y al igual que un maestro de ceremonias, nos guió con su dulce voz que nos apaciguó.
Algo empezó a cambiar, en el aire, el ambiente. Shackiel, empezó a resoplar, respirando fuerte y medio temblando por la gran cantidad de energía que le subía por las piernas. La emoción se acentuaba. Tras la invocación de la Nelly a la Madre Divina y todos los Seres de Amor al lugar, los cuatro nos fundimos en un abrazo, que me emocionó y me hizo llorar. Pues al apretar nuestros cuerpos y juntar nuestras cabezas, pude ver una clara silueta: Lasi, la esfera verde que es el Corazón y centro del Mandala.
¡Manos ala obra! era hora de empezar. Shackiel cogió su block de dibujo y empezó a esbozar el "cuerpo" del Mandala. Mas su primer intento no le salió, pues estaba intentado reproducir su forma desde una precomcepción. Deshachó la hoja, respiró profundo y de nuevo comenzó, lo que más tarde sería el Mandala del Canto Materno.
De sus pinceles salían formas y colores, inundando la hoja de viveza y fuerza. Era increíble ver como el Mandala iba tomando forma a medida que su autor se relajaba. Era tal la belleza y la admiración que nos causaba, que no podíamos apartar la vista de lo que pintaba.
Tan absortos estábamos que ni el tiempo pasaba, nuestro rincón era una Campana que nos mecía y tranquilizaba... Tras un lapso de tiempo la obra estaba acabada, le sacamos fotos con respeto y admiración, mientras la pintura secaba.
Llegaba el momento de abandonar nuestro puesto, mientras nos dirigíamos al camino llegó la confirmación por la Madre dada... Oímos el Canto Materno que de todo rincón llegaba, era la voz del Mandala que en 3D resonaba.
Ese instante fue sobrecogedor, la emoción nos desbordó y de nuestros ojos lágrimas de alegría brotaron sin cesar, sintiéndonos más cerca de Nuestro Hogar.
La tarea estaba hecha, el vórtice despertaba, el Mandala anclado y su Canto Materno inundando el mundo entero.
¡Hecho está! GRACIAS
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